sábado, 27 de enero de 2018

Del hambre cero de Lula al hambre cero de Maduro

Por Miguel Mora Alviárez: 

Hace muchas lunas cuando leí el programa de gobierno agrícola de Lula para Brasil (Vida digna o campo) sentí que ese rayo de luz nos faltaba a nosotros en el gobierno de Chávez. Un país agrícolamente poderoso como Brasil, con un modelo agrícola agro-exportador de altos insumos, pero con grandes problemas sociales en el campo requería de cambios relevantes en justicia de los campesinos(as). Tales problemas, sin abundar en una larga lista son la situación de explotación y hasta esclavismo de campesinos, una injusta distribución de la tierra con una población grande sin acceso a la tenencia de la tierra, centros de investigación agrícola muy avanzados pero con poca atención a un nuevo modelo de agricultura familiar sustentable, y gente pasando hambre pareja cuando la disponibilidad interna de energía estaba sobre las 3000 Kcal/persona/día.


 El documento en referencia es un hito en el planteo de una agricultura para la vida y luego, después de muchas desavenencias a lo interno del sector agrícola, logró hacerse comprender. Los Movimientos sin Tierra, Vía Campesina y otras organizaciones sociales emergentes validaron la idea y apoyaron la propuesta. No tardó Lula en ordenar que EMBRAPA (el instituto de investigación más amplio de América Latina) se ocupara también de la agricultura familiar. Tampoco tardó en plantearle al mundo con anuencia de la FAO un programa de hambre cero para Brasil. Posteriormente, se creó un índice de felicidad social que evidenció que cientos de comunidades campesinas estaban reportando una mejora considerable del nivel de vida. Todo esto está documentado, hay evidencias estadísticas y existen pruebas tangibles de la mejora de la vida de la población durante los gobiernos de Lula en Brasil.

Entre tanto, Chávez impulsó el programa de Rubros Bandera, varios experimentos socio-políticos de organización social para frenar el desmontaje de la agricultura que continuaba con la inercia de la IV República (NUDES, Saraos, saraitos, fundos Zamoranos, etc) y creó en la plataforma del INIA tres planes innovadores para sustentar la agricultura nacional: El Plan Nacional de Semillas, el Plan de Acuicultura Continental y el Plan de Agricultura Familiar y de Pequeña escala, construidos todos para impactar la producción y disminuir vulnerabilidades políticas. También, la Misión Ciencia implementó varios programas de alto impacto para la agricultura. FAO reconoció los ingentes esfuerzos del gobierno del Comandante Chávez por la mejora integral de la seguridad alimentaria en Venezuela. Políticamente todos estos esfuerzos se circunscribieron al constructo de la soberanía alimentaria nacional.

Otro logro del gobierno de Chávez fue destruir el mito que la gran propiedad de la tierra generaba mucho alimento para el país. Actuó rescatando tierras "productivas" según los latifundistas y la agricultura creció llegando en algunos casos como la producción de maíz, a triplicar el resultado de la última gestión de Rafael Caldera.

Aún con estos esfuerzos y otros que extenderían este artículo, la agricultura en general no logró superar los déficit de oferta nacional en varios rubros, especialmente los que provienen de los sistemas de ensamblaje de proteínas de origen animal, donde los productores han montado una gran farsa histórica tratando de evidenciar que son capaces de hacer producción en ausencia del principal insumo que son los alimentos balanceados en detrimento a la visión de alimentos nacionales alternativos y mejora de la capacidad de producción de rubros para hacer suplementos y complementos alimenticios.

Los documentos y elogios de FAO al gobierno fueron muy impactantes en la visión de la agricultura del 60% de la trayectoria de la Revolución Bolivariana. Lo que no se lograba en Venezuela se importaba de países aliados, hoy enemistados por sus posiciones injerencistas y posiciones extremas neocapitalistas. Llegó un momento en que comenté que tanto acceso a los alimentos parecía que nos estábamos comiendo el país; inclusive, el sobrepeso se convirtió en un problema de salud pública.

Hoy Lula está sometido al escarnio público nacional e internacional, pero el pueblo recuerda su obra y su programa "Hambre Cero". Brasil está asediado por la derecha que conculca el bienestar del Pueblo. Por otra parte, Chávez partió a la gloria e igualmente se le recuerda, y si bien es cierto que existe en teoría una continuidad programática de su obra, por el camarada Maduro, la gente percibe que el sistema agroalimentario venezolano, por cualquiera que sea la causa y sus efectos, está generando un problema de hambre con impacto en el acceso a los alimentos pero también con trastornos a la dignidad para obtenerlos (léase sacrificios innecesarios hasta para obtener el gas doméstico con el cual se cocinan los alimentos).

Los equipos agroalimentarios del Presidente Maduro han fracasado. El no quiere reconocer esto, menos lo van a reconocer sus burócratas. La agricultura militarizada es contraria a la vocación horizontal de los hombres y mujeres del campo. No se trata de ordenar sino de hacer. Frente a los retos del porvenir político, habida cuenta una próxima confrontación electoral, al Presidente Maduro no le queda otra que reflexionar sobre el difícil tema del hambre en Venezuela ¿existe hambre? ¿Cuál es su origen? ¿Por qué no se avanza en la producción de alimentos? ¿Por qué fracasan los controles de precios? ¿Cuánto y quiénes son los beneficiarios directos e indirectos de los dólares para importar alimentos? ¿Es todo este problema una conspiración para sacarlo del poder? ¿Alguien le dice la verdad sobre esto? ¿Cuál es la salida a esta severa crisis alimentaria?

Pero estas reflexiones son insuficientes si no existe la voluntad de inscribir en el Plan de la Patria verdaderos proyectos de transformación en la agricultura, la revolución en la agricultura, sobre lo cual escribiré próximamente. Pero, al menos el pre-candidato Maduro debe lanzar el Programa Hambre Cero, no copia de Lula, sino el nuestro con todos los ingredientes de transición hacia un modelo sustentable de la agricultura y de la sociedad.
mmora170@yahoo.com


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